Esta es una seccuencia de una captura de una dorada que peso 1,9 kilogramos, la desanzuelamos con cuidado de no dañarla y la devolvimos a su hábitat. Todas las doradas que no sobrepasan los 2 kilogramos las devuelvo al mar que es donde deben estar. Estan en plena madurez sexual, y como digo yo, soy pescador no un depredador. Si todos los pescadores aportaran un pequeño granito de arena nos iría mejor a todos.
Es una experiencia muy bonita soltarlas. Las agarras por la cola, la sumerges en el agua y con la otra mano les acaricias el vientre. Sueltas la mano de la cola y no se mueve hasta que paras de acariciarla. En ese momento tienes en tu mano un animal completamente salvaje dominado.
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