El mar siempre es agradecido en las experiencias que uno puede llegar a vivir en una embarcación.
Esto me succedió un 17 de abril del 2.009. Salíamos a pescar las cabezonas mi tío y yo. Aún nos quedaban un par de horas de navegación hasta la posta donde las habíamos cojido el día anterior, cuando nos vino a saludar este ejemplar. Después de estar un buen rato con él, disfrutando de la experiencia, decidimos continuar la travesía. Pero ante nuestra sorpresa el animal no estaba dispuesto a abandonarnos y decidió seguir el mismo rumbo que nosotros en la proa de la embarcación.
Poder disfrutar de un animal completamente salvaje hace que se establezca una conexión inexplicable entre humano y animal, relegando a un segundo plano la pesca de la dorada.
pues tb la esperiencia que tube buceando y me encontre con los delfines es un espectaculo
ResponderEliminartb me parecio increible las esperiencia buceando que tube con los delfines
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