Hola a todos, a partir de ahora colaboraré con este gran abanico de pescadores que forman la familia de la web de
Humberto Gacio. Lo conocí a través de su gran trabajo en revistas. Me puse en contacto con el después de leer un articulo sobre los plomos de colores, a raíz de ese primer contacto mantuvimos una relación vía mail, que con el tiempo se transformo en llamadas telefónicas, y espero y deseo que lo próximo sea que nos conozcamos en persona y así compartir jornadas de pesca juntos. Para mi es un orgullo y una satisfacción personal muy grande, colaborar con ellos. Creo que hacen un gran trabajo, y aportan mucho al mundo de la pesca. Todas sus publicaciones están muy bien elaboradas y cuidadas elevándolas a un nivel de gran profesionalidad. Me gustaría dar las gracias públicamente a
Humberto Gacio por su gran trabajo en revistas y distintos medios de comunicación. Detrás de todo esto hay un gran número de horas tanto de pesca como de trabajo, así que " gracias " por compartir todos tus estudios y vivencias en este precioso deporte y " gracias " por dejarme formar parte de tu familia.
Salí a pescar doradas buscando unas condiciones climatologías muy especiales, después de una
"tormenta eléctrica". Este fenómeno atmosférico se da pocas veces y yo, en cuanto aparece, independientemente si hace frió, viento o la temperatura del agua no son las adecuadas para la pesca de doradas, salgo igual a pescarlas. Aunque como ya sabéis la teoría en la pesca falla, si bien a mi casi siempre me da resultado.

Traté de hacerme con unos cangrejos, aunque en esta época no están muy activos y son difíciles de encontrar. Sólo encontré seis buenos ejemplares, lo cual era insuficiente, así que completé los cebos recolectando unas buenas galeras ya que en esta época las aguas están libres de morralla y los cebos poco selectivos no suelen ser atacados por otras especies.
Empecé pescando con galeras, y al poco tiempo las doradas hicieron acto de presencia, varias picadas fallidas pero contento por descubrir que rondaban por la zona y estaban activas. Cambié de pesquero, a una zona más profunda ( 5 metros ) , para ver si comían con más confianza. Y una hora después tenia enganchada la primera de ellas, no muy grande pero peleona como todas las de su especie. Tuve varias picadas pero no se clavaron. Seguramente ejemplares de poco peso. Hasta que entró otra de pequeño porte pero que me hizo disfrutar como la primera.
Estaba claro que había un buen cardumen rondando por la zona, y me dispuse a montar un cebo más selectivo, para evitar que las pequeñas me atacaran las galeras e intentar pescar una buena dorada adulta. Así que pasé a montar uno de mis cebos favoritos, como son los cangrejos grandes aunque solo disponía de seis.
Lancé las dos cañas con dos cangrejos grandes y como era de esperar las picadas cesaron, pero no me importó pues era lo que buscaba: que picara un buen ejemplar. Después de estar un rato los cangrejos en el agua, noté un leve toque en uno de los punteros, se me disparó la adrenalina.
¡¡Ahí está!!. Cojí la caña en la mano y sentí que estaba comiendo el cangrejo, esperé y clavé. No era lo que me esperaba: otra dorada de poco porte que atacó a un cangrejo grande. No es lo habitual, pero si tienen actividad, a veces ocurre.
Monté otros dos cangrejos, ya que el de la otra caña estaba muerto, y a esperar nuevamente.

Pasó un buen rato hasta que noté otro toque en una de las cañas. Como siempre cojí la caña sin prisa, ya que al cangrejo grande rara vez se clava sola una dorada. Uso punteros muy sensibles de fibra de vidrio para que me trasmita todo lo que sucede bajo el agua. Noté como comía el cangrejo, completamente confiada, en estos momentos es bueno estar tranquilo y jugar con el hilo, destensando y tensando siempre sin mover el plomo, por eso uso el montaje de plomo corrido para intentar mover la linea hasta que uno de los anzuelos hace firme dentro de la boca y posteriormente clavar. Fue una clavada espectacular llegué a perder el equilibrio debido al firme que me hizo, fue como un enganche en una piedra. Aseguré una vez más la clavada y el carrete comenzó a soltar hilo. Yo me dije: ¡¡DORADON!! Ahí está. Así que, sin prisa, me dispuse a disfrutar de la pelea como hago siempre, como si fuera la última dorada de mi vida.

El resultado fue un Gran ejemplar de dorada adulta, que como siempre no la pesé. Los que me conocen ya saben el porqué de no pesarlas. Las doradas suelen engañar. Hay ejemplares muy grandes que pesan poco y ejemplares pequeños que pesan mucho. Yo siempre me quedo con que he sido capaz de engañar a una dorada adulta y me ha hecho disfrutar. No creo que porque pese 7 u 8 kg sea mejor captura que una de 4 kg. A mi lo que me gusta es sentirlas antes de tener la dorada ya clavada en el anzuelo y eso solo lo ofrece la técnica de pescar con cebos duros, es otra forma de pescar un mismo pez, pero elevando las sensaciones y haciendo más largo el tiempo de capturarlas.
NO OS PERDÁIS EL VÍDEO:

Espero que disfrutéis de la publicación, fotografías y vídeo, tanto como yo lo hice en esta fantástica jornada de pesca.
Un saludiño a todos.
Materiales utilizados:
Anzuelos: Hayabusa Octopus nº 1 y nº 1/0.
Cañas: Puntero de Fibra de Vidrio muy sensible.
Hilos: Berkley nanofil 0,17mm.
Berkley Trilene 100% 0,34 mm ( Gameta ).
Berkley Trilene 100% 0,38 mm ( Puente de linea ).
Carrete: Cinnetic XP 6500 y Cinnetic XP 6500 ALU.
Plomo: Blanco y rojo de bala 90 gramos Turkana Fishing.